El
pasado 21 de marzo presentamos en el Ayuntamiento nuestra propuesta de Plan de
gestión del arbolado en el casco urbano con un estudio y análisis detallado de
las necesidades que hemos detectado durante los últimos años. Cómo ya sabéis es
una de nuestras principales preocupaciones.
Los árboles forman parte del paisaje de
cualquier municipio, por pequeño que este sea. Sería impensable pasear por
Portillo sin árboles por las calles, parques, jardines o plazas. Los árboles
suavizan temperaturas y hacen del espacio público un lugar más amable con su
sombra y frescor, marcan el paso de las estaciones, y aportan colores y olores
al paisaje urbano.
Por este motivo, los ayuntamientos
deben contribuir a realizar una correcta política de gestión del arbolado que
se encuentra dentro de su término municipal. Las diferentes labores a llevar a
cabo (mantenimiento, corta, riego, poda, plantación…) deben estar muy presentes
en el día a día de los trabajos municipales y no se debería limitar su
actuación a momentos puntuales.
De tal manera que se hace necesario
impulsar un plan de gestión del arbolado en el casco urbano, que permita actuar
de forma integral en el municipio. Hay que concienciar a los vecinos de las
ventajas de contar con árboles en su entorno. Hay que consolidar la idea de que
no basta con contar con un gran número de ejemplares, también hay que conseguir
que éstos se encuentren en las mejores condiciones.
El plan que ahora presentamos pretende
destacar el papel que desempeñan los árboles en el casco urbano y explicar cómo
los gestionamos para obtener más beneficios, intentando aplicar una máxima
universal en arboricultura: «el árbol idóneo en el lugar adecuado».
Estos son los principios sobre los que
fundamentamos la gestión del arbolado viario en Portillo:
En primer lugar, la sostenibilidad, con una
selección de especies adecuadas a las condiciones del medio y velando por
incrementar la diversidad, evitando de forma progresiva poblaciones monoespecíficas vulnerables a enfermedades y plagas.
En segundo lugar, la creación de un paisaje
diverso e identitario: cada calle, cada plaza, cada parque tiene su
singularidad y los árboles contribuyen a identificarlos.
Y finalmente, una gestión segura y eficiente
que vele por nuestro patrimonio arbóreo aprovechando las nuevas tecnologías que
nos permiten unificar esfuerzos y ahorrar recursos.
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